miércoles, 28 de enero de 2009

SANTO TOMÁS DE AQUINO...


Y es precisamente el día elegido por el Tribunal competente para decidir que la asignatura Educación para la Ciudadanía no está sujeta a la interpretación, al capricho, o simplemente a la manipulación política y barriobajera, por más que se vista de acción moral.

Es curioso que tenga que ser precisamente hoy, 28 de enero, festividad de Santo Tomás de Aquino, cuando de nuevo un hecho venga a enfrentar sin dudas ni reparo lo que evidentemente conforma una de las últimas fuentes de diferencias que se le permiten al Ser Humano. Me refiero, como sin duda ya se habrán imaginado, al derecho dialéctico a discrepar. o a tener una opinión diferente.
En esto, Tomás de Aquino, que podría responder a la versión científica de nuestro ejemplo de hoy, supuso a la postre una imagen muy esclarecedora. Así, en una sola persona, fue capaz de unir la parte espiritual, sensible si se quiere, basada en la búsqueda del lugar que queda para el alma; sin entrar en contraposición definitiva con esa otra parte, sensible y pragmática por encima de todo, que se le revelaba en aparente contraposición con los aspectos meramente racionales que la impuesta existencia de Dios como única fuente de realidad y conocimiento le eran impuestos.

Si ya Tomás de Aquino fue capaz de aunar, a través de la exposición de las llamadas cinco vías tomistas sobre la existencia de Dios el eterno camino dialéctico que por y para siempre efrentarían a creencia y dogma con ciencia y razonamiento, acudiendo para ello a los Clásicos Griegos, como se desprende de la Teoría del Motor Inmóvil enunciada por Aristóteles, me resulta del todo incomprensible que hoy, tantos años después, existan padres que haciendo suyos los dogmas que ya ni las encíclicas "predican", permitiéndose por otro lado el lujo de ser "más papistas que el mismísmo papa", tratando después de satanizar a todo aquel que se manifieste en contra de sus creencias, precisamente porque nos encontramos en un terreno que no estás sujeto a al interpretación del dogma. Sencillamente se trata de una teoría cuya base, por cietífica, se aleja precisamente de la concepción dogmática con la que algunos tratan de impregnarlo todo.

Precisamente el hecho de ser Ciencia, pura y dura, basada en la interpretación de hechos, en la constatación de realidades y en la clasificación y categorización de circunstancias, es lo que aleja el hecho del terreno del debate moral al que alunos han intentado llevar el discurso.
A nadie, y a los profesores menos que a nadie, se le escapa que en la escuela se forma. Educar queda para la casa, para las familias. Por ello, por la acción reaccionaria de algunos, resulta extraño que de repente, los mismos que hace poco se olvidaron de esta realidad fundamental, acudan ahora a vestirse con la túnica de padres, en busca del bastón inquisidor.

Me resulta incomprensible qua a ningún padre le molente saber que a su hijo le explican qué es la Constitución española, tal vez prefiera que le lean la Biblia, o que no le parezca bien que le expliquen como se forman las Cámaras Legislativas que componen nuestro Estado de Derecho, a lo mejor prefieren que le expliquen como se constituía el Consejo del Sanedrín que juzgó a Cristo. A propósito, una cosa no está reñida con la otra.

Cuando la hija de quince años de alguno de estos padres les diga que está embarzada porque nadie le explicó sexualidad sana; o el hijo de otra familia acabe enfermo de SIDA porque "no era conveniente que a ciertas edades le dijeran que existen grupos de riesgo", tal vez entoces sea el momento de pedir para Septiembre. Lo que pasa es que para ciertas cosas de la vida no caben las recuperaciones.


Luis Jonás VEGAS VELASCO
ENERO DE 2009.


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